Crybaby / Infiné. Fr
Un niño no tiene miedo a experimentar, a probar cosas nuevas, a intentar nuevos desafíos, a caer y volver a ponerse en pie una y otra vez. Un niño sabe que con un trozo de papel y un poco de creatividad e imaginación puede construirse un castillo. Pero, ¿cómo hacemos para no perder ese niño que llevamos dentro? ¿Qué pasaría si, por una vez, nuestras mentes dejasen de controlar nuestras emociones?
No tenemos la respuesta a esta cuestión, pero puede que Lucie Antunes la haya encontrado.
Su nuevo álbum, SERGEÏ, es una auténtica explosión de alegría, una montaña rusa de felicidad que nos revela el nuevo camino que ha decidido tomar esta joven artista. El álbum lo publican dos discográficas francesas, Infine y Crybaby. Lucie Antunes es una batería y percusionista con formación clásica y contemporánea, influenciada por los pioneros del minimalismo. Posee la cualidad única de comprender el sonido de forma distinta a mucha otra gente. Y para demostrarlo, trabaja con objetos no musicales con la intención de crear nuevos materiales sonoros.
Lucie comenzó su carrera musical siguiendo la tradición clásica. De hecho, posee varios másters y premios del Conservatoire National Supérieur de Lyon, y consiguió numerosas becas por toda Francia. Como tantos otros artistas, encontró su inspiración en las notas y palaras de John Cage.
Y en 2013, la joven artista dio el salto a la música pop, compartiendo escenario con Moodoid, Aquaserge, Yuksek o Susheela Raman. Desde 2015 ha estado creando piezas electroacústicas, que presenta en conciertos donde demuestra toda su versatilidad como artista multidisciplinar, empleando diversos formatos contemporáneos de actuación en directo en colaboración con coreógrafos, intérpretes y músicos. Y en el álbum SERGEÏ también puede apreciarse la actitud colaborativa de Lucie; de hecho, numerosos artistas se han unido a ella en dicho proyecto.
Como si fuera un niño pequeño, SERGEÏ es un tour de force de música ecléctica que impresionará al oyente, que se quedará atrapado en la espiral de sonidos magnéticos de Lucie. El eclecticismo que impregna SERGEÏ se debe a la habilidad de su autora para crear laberintos sonoros mediante el uso de instrumentos poco convencionales como marimba, vibráfono, celesta, campanas tubulares, carillón, y ondas Martenot. Las siete pistas del álbum son toda una declaración de libertad. La misma libertad infantil que dejamos atrás y que después intentamos recuperar desesperadamente. Con SERGEÏ, Lucie obtiene su libertad y construye sobre ella, porque es una artista con un único compromiso: el de su ambición por derribar todo tipo de barreras, moldear estilos y conseguir que nuestros ojos sonrían.
SERGEÏ es el niño interior que perdimos pero que podemos volver a encontrar. Y eso nos hará libres.
