Es habitual definir a las Realidades Extendidas (XR) dentro de un paraguas conceptual bajo el cual se cobijan términos, a la vez tan nuevos y tan antiguos, como la realidad aumentada, la realidad mixta, la realidad virtual o el metaverso. Lo cierto es que resulta complicado imaginar un único concepto que integre la inmensa diversidad de herramientas, historias, experiencias, sueños, descubrimientos e investigaciones que han venido transformando nuestra mirada al mundo físico desde la virtualidad a lo largo de varias décadas. Tal diversidad se ve amenazada cuando tratamos de homogeneizar y estandarizar los procesos de producción, distribución y consumo de proyectos artísticos de XR o cuando cedemos a las modas que, regularmente, vertebran el discurso público. Contrariamente a lo que se pueda creer, en la actualidad, la XR se ve influenciada por una irrefrenable nostalgia. No se trata de una melancolía por un pasado mejor, sino de una nostalgia emocionada por tantos hitos históricos que hicieron vibrar a millones de personas en el mundo, pero que parecen caer poco a poco en el olvido, como la historia del código abierto detrás de sitios como High Fidelity, Vircadia, Tivoli Cloud VR y ahora Overte o el primer kit de desarrollo de software para Oculus, financiado gracias a una campaña de crowdsourcing.

Realities in Transition presenta, en directo desde L.E.V. Festival (España) e iMAL (Bélgica), BetaCamp XR, una streamingPARTY que quiere celebrar esta diversidad y esta vigorosa nostalgia, al mismo tiempo que propicia una reflexión sobre el futuro de las Realidades Extendidas en el contexto europeo, recordando el valor que, a lo largo de su rica historia, han demostrado estas tecnologías. Resonamos con las palabras de Úrsula K. Le Guin en sus ensayos sobre Fantasía y Ciencia Ficción: “A estas alturas, el realismo será quizá la forma menos adecuada de comprender y describir las realidades increíbles de nuestra existencia”.